miércoles, 18 de abril de 2018

Viejas promesas, nuevas ideas

Esta entrada se encarga de concluir lo que terminará llamándose "la trilogía de octubre" (¡¡por lo de Octubre del 2016!!...algunas veces mi intermitencia no conoce límites). Como todas las trilogías crispeteras de Hollywood, tomó mucho tiempo en concluirse, y los críticos de cine odiarán o amarán el resultado obtenido, pero aquí vamos.

En capítulos anteriores... En un fin de semana de octubre de 2016, grabé en el CEMB (posicionamiento de marca, que llaman), varios de los temas de mi dilatado y heterógeneo repertorio (¡me tengo que dar crédito alguna vez!). La primera entrada habló un poco sobre lo que buscaba con esta idea, una especie de recital con una calidad de sonido y vídeo superiores a mis experimentos previos (para los banjoandinófilos consumados, lo que he venido llamando como las "sessions"...si bien han sido como tres no más). También compartí algunas impresiones y de paso le di publicidad a La La Land (y sí, volvió a mi cabeza la pegajosa Someone in the crowd)

La segunda entrada fue más logística, hablando sobre algunos problemas que tuve (por suerte ya controlados) con la tensión del parche y los brackets. Ya después referí, en realidad muy pobremente en ambas entradas, que algunos temas salieron bien y otros no. A la larga hablé de la tensión y los temores al sentirme grabado, las luces y las continuas tomas. Pero en realidad no mencioné que temas grabé, ni siquiera el hecho de que al menos uno era nuevo (un waltz de Ferdinando Carulli)...

¡De tal forma que para no extenderme les comparto más bien el resultado final!


De todas las pinturas que incluí, esta de H.O. Tanner (Abraham´s oak) fue la que me cautivó y por ende la escogí como la portada del vídeo. Transmite la dosis exacta de nostalgia y calma que suelen procesar mis neuronas

En un principio la idea era aprovechar las imágenes que habíamos tomado durante esos dos días e irlas insertando en la medida que iba cambiando de tema. Sin embargo, cuando POR FIN me decidí a editar en su totalidad las grabaciones que quedaron decentes, me di cuenta que podría adicionar algo más; después de todo las muecas que hago mientras toco no pueden ser lo único que genere recordación en cada tema compartido en Youtube. Como no tenía a la mano un pasiaje llamativo, un perro acompañándome, o aves anónimas al fondo, opté por jugar entonces con pinturas que me llamaran la atención; imágenes que de alguna forma pudieran estar relacionadas con la intención del tema, sus dinámicas y distintas secciones


The Banjo Lesson (H.O. Tanner). Esta pintura me pareció bellísima, muy íntima

¡Y funcionó!, al menos para mí, ya que me permitió explorar y por qué no, enriquecer el proceso de edición de mis vídeos; tanto, que probablemente repita la experiencia con futuros proyectos. Ahora, el orden de las granbaciones fue algo deliberado, ya que buscaba que los temas y sus intenciones quedaran repartidos por el recital y que el tema más largo, que terminó siendo Sunflower Dance, quedara hacia el final. 


Bar Room Scene de W.S. MountPor el tipo de dinámica propuesta por Reckless Rufus, me pareció una pintura propicia

Bueno, las primeras grabaciones correspondieron a Spanish Fandango, un tema tradicional (muy tradicional y divertido de tocar la verdad) y Reckless Rufus, un tema de C.R. Poutry, el cual conocí por el maravilloso tutorial de banjo de Agnew (tutorial del que hablé en una entrada llamada El tesoro del saber). Dado que ambos son temas que evocan lo tradicional, de alguna forma, lo rural que caracteriza muchos temas banjísticos, me concentré entonces en colocar cuadros representativos de H.O. Tanner y W.S. Mount, ambos pintores americanos muy reconocidos de finales del siglo XIX. Para el caso de Spanish Fandango me gustó el hecho de plantear el tema como un viaje musical, una especie de sueño donde cada sección correspondiera a un paisaje o a un recodo custodiado por la memoria, de tal forma que llegar a la sección final correspondió al despertar de aquel sueño.

En el caso de Recklesss Rufus las sensaciones son distintas, como una especie de relato, pero uno chistoso, de los que arrancan sonrisas. Por ende recurrí a las pinturas de W.S. Mount las cuales de alguna forma, no sé si la apropiada en estos tiempos de ciberactivismo, muestran esa picardía del Sur americano, la del Tío Tom y las historias de Mark Twain. En particular este tema me gusta desde la primera vez que lo escuché. Es entretenido y para efectos prácticos, también es un buen ejercicio para la mano derecha.


Fragmento de un cuadro que se conoce como The Old Plantation. En este, los origenes claramente africanos del banjo, para desgracia de uno que otro supremacista blanco que por accidente o curiosidad leyera esta entrada

La tercera grabación correspondió a Bijou Waltz, un tema más bien sencillo (no muy bien tocado por cierto) del tutorial de W.M.C. Stahl. Aquel fue un manual que trabajé hace un tiempo, si bien lo he dejado un poco al lado (ya lo estoy retomando). Dado que el libro fue publicado en Milwaukee a principios del siglo XX, como con casi todos los tutoriales que tengo, me pareció genial compartir ilustraciones de la ciudad, a la manera de un vídeo que por cierto me fascina y que ya he compartido en una entrada anterior (Solace - A Mexican Serenade de S. Joplin). Sin embargo, para no despegarme de la estética de los cuadros anteriores, agregué en la sección final, The Old Stagecoach  del también americano E. Johnson.

Ahora, el siguiente tema fue la novedad del recital, ya que aunque lo había aprendido meses antes a la grabación, lo había reservado (sin saber) para una ocasión especial. Se trata de un arreglo de John Bullard (el banjista que referí en entradas anteriores) para un valse del italiano Ferdinando Carulli. John tuvo la gentileza de compartir un tutorial de ese tema en su canal de Youtube y dado que me encantó y lo sentí viable, me animé a grabarlo. La velocidad con la que lo ejectué no fue la más alta pero me di por bien servido. Para este tema utilicé grabados principalmente de tutoriales de banjo que uso, si bien no tengo muy claro la fuente precisa de estos. Mea culpa. En la parte que considero es el clímax, quise hacer un contraste y por eso adjunté el fragmento de una pintura muy conocida, pero de la que se desconoce su autor (The Old Plantation).


The Bear Dance (W.H. Beard) Como con muchas fiestas, su hallazgo fue más que oportuno para la idea que buscaba en Pajama Dance

El siguiente tema fue otro viejo conocido: The Marionettes Frolic, del tutorial básico (tiene tomos más complejos) de A.J. Weidt. Para nada fue una sorpresa que el nombre que tiene y su simpleza me indujeran a inundar esta grabación con fotos de marionetas. Para el lector suspicaz, sí, son imágenes  de libre acceso, y compiladas en Wikipedia. En estos momentos estoy trabajando en la parte del segundo banjo que tiene este tema; la idea es hacer un vídeo con ambas partes juntas. Ya les contaré...

A la larga creo que la edición que más me gustó fue la de Pajama Dance (F. Bradbury, un tutorial que aún no discuto en el blog) ¿Por qué? Porque es un tema bastante alegre, con secciones distintas entre ellas y que invitan a lo que es este tema: un baile. Por tal motivo, me decanté con las pinturas festivas de los holandeses P. Bruegel (El viejo y el nuevo). Lo que me pareció genial es que esta danza la sentí como un aquelarre y buscando imágenes me topé con The Bear Dance (W.H. Beard), la cual claramente me sugirió el climax fiestero que buscaba hacia la parte media. Finalmente, en mi búsqueda para un final apropiado apareció otra pintura de los Bruegel (The Land of Cockaigne, su nombre así genere suspicacias, no tiene ninguna relación con una de nuestras problemáticas modernas); en últimas el guayabo después de tanta fiesta y desorden. 


Vincent, Vincent, ¿qué se puede decir de él que suene novedoso? Tal vez muy poco, pero quién quita que el tema de Vess Ossman y sus alegres girasoles hubiera sido de su agrado.

Llegué al final, y para grata sorpresa mía, logré grabar una versión decente de Sunflower Dance, probablemente uno de los temas más populares en el repertoio del banjo clásico. Es curioso que se cumplen 5 años de la única grabación que he hecho del tema. Haciendo memoria, moría por compartir un vídeo en el que mostrara el S.S. Stewart que recién había comprado. Nunca dejará de ser un recuerdo maravilloso. El caso es que Sunflower Dance (al igual que el temible Clematis Waltz que nada que termino) se me había convertido en una especie de coco, y nunca conseguía grabar una versión actualizada y limpia del mismo. Pero, los astros se alinearon (al menos en eso) en ese fin de semana de octubre. De forma apenas natural, el tema fue la excusa perfecta para incluir algunos de los girasoles creados por el genial van Gogh, y dejar hacia el final al autor mismo (una pintura de P. Gauguin en este caso). Al igual que en Spanish Fandango me gustó los contrastes que obtenía al incluir pinturas de paisajes, una especie de respiro para los remates finales.

¡Y ya! De esa forma conclui este primer recital, y digo primero porque la idea y el concepto me gustaron. Por enden, vienen nuevos proyectos y futuras entradas de las que ya iré hablando. Una es jazzistica (próxima entrada) y la otra si es de largo aliento, si bien la meta es lograrla este 2018 (tiene que ser así, ¡si no se pierde gracia!)

Por ahora los invito a que se echen una pasada por mi página de Youtube (German David Patarroyo...lo admito, no es el nombre más original) y mi cuenta de Instagram @banjo.odyssey (esta si más original)



¡El primero de muchos recitales!