martes, 14 de septiembre de 2021

Cien días

Hace ya unos meses que venía cavilando esta entrada, pero en parte el trabajo, y en parte algo que referiré al final, tuvieron represado esto que quería contar.

La historia es corta, y empieza en abril, cuando finalmente tuve el banjo conmigo. Haciendo cuentas, creo que desde mediados de noviembre, no había tenido oportunidad de practicar, y pues esas ausencias se sienten en los dedos y en la autoestima (esta en particular aún se sigue manifestando). De modo que para motivar un poco la cabeza, y dejar de lado la certeza de que se venían un buen par de meses en soledad, o bueno, en esta nueva normalidad que te dice "sal", pero al mismo tiempo te confina, busqué un reto que me devolviera algo del nivel perdido con el banjo...

Recurrí entonces a uno de los retos más comunes en redes, el de compartir contenido de la práctica durante 100 días seguidos. Y la experiencia fue divertida, a pesar de ciertos matices, y por increíble que parezca logré hacer muchas cosas que no sospechaba: terminar finalmente los ejercicios para la mano derecha del libro How to excel on the banjo (hay un par muy bonitos), grabar vídeos de temas olvidados, y jugar un poco con la edición para colgar nuevos vídeos de mi canal de Youtube, los cuales comparto abajo


Este terminó siendo un medio re-frito. No todos los ejercicios de esta parte del libro me gustan (suele pasar con los estudios), pero en general estos son mis favoritos...Tengo pendiente el repetir esta experiencia con los ejercicios aprendidos de la parte 2 


La recepción de este vídeo fue una auténtica sorpresa, considerando los rendimientos de vídeos previos en mi canal jajaja. El tutorial de Frank Bradbury tiene un par de temas que creo grabaré de esta forma...


Y hablando de rendimientos normales...Creo que es de los videos que al menos en edición, me sentí más orgulloso, y curiosamente su recepción fue menos que tibia jajaja. En fin, el algoritmo y una interpretación más que promedio no ayudan jajaja

Ahora, lo que terminó siendo curioso de este reto es que sin querer (o tal vez queriéndolo) se convirtió en una especie de registro, de un control psicológico, donde al menos en todos los días consigné mis estados de ánimo con los vídeos, o haciendo muecas, en un intento más que desesperado, pero loable, de mantenerme sano, de tener algo de paz mental. Y en teoría funcionó, o funcionaba, y pese a la enorme presión (más de lo que mis agoreros calculos preveían) por sentirme tan aislado, tan isolado, los días pasaron y finalmente llegué a la foto final, y a un cierto descanso...
 

Y descansé, y quedé inmerso en una neblina de lo que aún no logro salir, en un silencio que me resulta acogedor, familiar, porque sigo igual de aislado, isolado, en monólogos de un naúfrago...Pero, de ese mutismo tendré que salir en algún momento, porque queda tanto por contar, por experimentar... Nunca sé cómo ni cuando, pero siempre salgo adelante y esta no será la excepción...