domingo, 25 de septiembre de 2016

Más práctica


El sábado que pasó, un amigo de la escuela me soltó la frase "este ha sido un año bien raro" y la verdad no ha estado muy lejos de la realidad. Omitiendo lo económico y lo laboral, drama de muchos en este 2016, ha sido un año particular respecto al instrumento. Por motivos no banjísticos, esta vez si laborales y económicos, he tenido lapsos grandes dónde este blog ha visto pasar incontables cardos y sonidos de grillo por la ausencia de entradas. Ideas para comentar hay bastantes y siguen rondando por mi cabeza, pero haciendo la autocrítica no he sido lo suficientemente ágil para organizar el tiempo y dedicarme a comentar mis avances como en años anteriores. Por otro lado, tanto silencio podría asociarse a un parón brusco en las prácticas, metas o temas con los banjos. La realidad es que salvo algunos momentos puntuales del año (mitad de mayo, finales de agosto), realmente no he andado tan desprendido del banjo como podrían suponer. ¡El trabajo ha continuado!


No a este nivel, pero algo que si comparto es que al tocar, se logra algo maravilloso y es el trascender a los problemas, los rollos de la rutina, en fin, un montón de cosas que se acumulan en la cabeza y que a veces te dejan como detenido en el tiempo...El primer tema es sencillamente encantador.

En general, me la he pasado abordando los métodos y ejercicios que he comentado casi en su totalidad durante este año (me resta mencionar dos libros que me han ayudado toneladas en distintas épocas). Como con todo, he tenido días muy fluidos y otros donde los dedos o mi cabeza (o los dos), no estuvieron a la altura de las expectativas y queda el sinsabor del "mal músico" y la nube negra cargada de rayos sobre la coronilla. Por fortuna, las motivaciones siempre son mayores y se sigue en la lucha jeje. Aparte de los ejercicios de digitación, que dicho de una vez me están ayudando mucho, he tratado de pulir más el "repertorio" de temas hasta el día de hoy (16 temas)...No viene el caso listarlos ya que salvo dos temas (Clematis Waltz y un valse de Carulli), los he colgado con moderado éxito y calidad de interpretación y sonido. Precisamente una de mis últimas metas para este año es iniciar la grabación de todos estos temas en un formato más "profesional". De esto, como otros pendientes que tengo en la cabeza, hablaré en su momento. Por ahora al grano.


Estos son los "cuatro evangelios" banjeros por el momento. Ya he hablado de los dos de arriba. En su momento abordaré los dos tutoriales restantes. De igual forma hay un unos pares de libros de donde he sacado cositas y que también comentaré a su tiempo.

En estos momentos me encuentro trabajando en tres temas con los que he venido progresando de una forma variable: 1) Bien: In the moonlight (Morley), 2) Moderadamente: Mountain Polka (Bradbury) y 3) Más o menos, tirando a mal: An autumm idyll (Bickford). Independiente de este escalafón, el proceso ha sido bastante interesante, considerando que al menos para los dos primeros temas dispongo de grabaciones hechas por otros banjistas y eso me da una idea de la musicalidad de los temas y como llegar a estas algún día. Hay otro par de temas que tengo en la mira pero creo que empezaré a trabajarlos a finales de año. El caso es que la práctica es un proceso de nunca acabar pero que no se cansa de brindarme muchas sorpresa y retos por cumplir...Ya estaré mostrando los resultados.

Y hablando de sorpresas, una muy curiosa que me sucedió esta semana. Resulta que un banjista americano al que sigo (John Bullard) por Internet, está próximo a lanzar un trabajo enteramente enfocado en piezas clásicas. De John, he tenido el placer de comprar y escuchar uno de sus dos trabajos previos (hay temas muy bonitos) y precisamente el tema de Carulli es un arreglo que él colgó como lección en su portal de Youtube. Resulta que al saber sobre el nuevo trabajo, empecé a promocionarlo por Internet, y sin saberlo participé en un sorteo de su trabajo por darle publicidad...Bueno, como dicen, se me apareció La Virgen y pronto tendré un CD autografiado. Por ahora les comparto algunos vídeos que él ha colgado con sus temas para que se animen si están interesando. La página de John es  http://www.johnbullard.com/y su trabajo sale a la venta el próximo mes.





De mi parte, como siempre, ¡a practicar!

sábado, 30 de abril de 2016

Sin novedad en el frente

Sigue en mora la entrada sobre mis métodos de estudio (los propios), pero esta vez se debe a que las dos grabaciones que he hecho no han salido bien. No he podido dar con el chiste para usar bien la grabadora que me han prestado en la escuela de música. Los dos vídeos registrados han salido con el volumen muy bajo, casi imperceptible sin buenos parlantes. Un pequeño vídeo para que entiendan mi punto:


Básicamente los ejercicios que pienso grabar y practico al principio, corresponden a ejercicios cromáticos.

Por lo tanto seguiré postergando esta entrada hasta que tenga una mejor grabación. Igualmente este tema creo que lo iré explicando en varias partes así como he venido haciendo con los referentes a los libros que estudio en mi día a día.

Por el momento me encuentro rehabilitando los dedos, recuperando la velocidad de principio de año. El comienzo de este mes fue algo movido y desafortunadamente no pude estudiar como hubiera querido. A pesar de eso, he logrado algunos avances en los ejercicios de los libros de Grimshaw y Morley (explico con más calma este libro en un futuro). Para que se hagan una idea también, les comparto los ejercicios que he estado trabajando...me reservo el audio por ahora.


Actualmente vengo hasta trabajando hasta el tema 8. Rob Mackillop tiene todos estos temas en vídeo así que he tratado de guiarme para tratar de emular su musicalidad. Personalmente siempre me ha gustado su sonido, quisiera algún día poder lograr esa capacidad...


Estos son temas para ser tocados con plectro de otro tutorial de Grimshaw. No vienen al caso porque no los he tocado, pero me parecieron bonitos.

De igual forma he sentido la cabeza dispersa últimamente, me pasa a veces en el camino banjero. En esta pensadera se me ha venido a la mente una pregunta que vienen haciéndome los que saben que soy banjista o al menos distinguen que hago: ¿y como va con el banjo? La respuesta es curiosa: a veces siento que bien, que los dedos, mis habilidades, la musicalidad de los temas y ejercicios avanzan, lentamente pero lo hacen. En ese punto siempre he dicho que el revisar los vídeos viejos que he colgado puede ser un buen comprobante. Sin embargo hay días, semanas, meses, ahora mismo, en los que francamente no sabría responder esa pregunta. Después de todo, ¿que es lo que perciben como un banjo los demás? ¿que es lo que perciben de mi como banjista? ¿lo ven como una burla? ¿me ven como alguien ingenuo o excéntrico? Son muchas preguntas pero en general las posibles respuestas, las que imagino, no resuelven esa inquietud o desazón que me acompaña a veces cuando termino de practicar, cuando veo gente apasionada con su música, cuando escucho algo que despierta mis fibras más profundas. No cuestiono tener los banjos y no otro instrumento, es más, adoro su sonido cada vez más, soy su devoto más fanático y enamorado. El problema es que a veces me doy cuenta que ese amor, ese cariño, esa entrega, ha implicado una soledad que a veces pesa, que me hace sentir marginado de todo lo que veo como música, como manifestación de arte y expresión del alma.

En momentos como estos no pienso en dejar de tocar, jamás lo haré. Simplemente me pregunto como sería todo si yo tuviera la oportunidad de interactuar con banjistas, con grupos o formatos musicales que no vieran al instrumento como un alienígena. Me imagino leyendo partituras o tocando en ensambles de cualquier tipo de música, lo que fuera donde hubiera un banjo, en Inglaterra, Estados Unidos, Europa. Suena lastimero pero cuando termino de imaginar esos conciertos utópicos pienso en la fortuna que tienen y tal vez no valoran algunos instrumentistas en los países donde el banjo si significa algo. A esos ingratos los invitaría a que conozcan estos desiertos latinoamericanos. Más lastimero y loco; pienso con pesar por mis banjos, como si fueran perros a los que les tocó un mal dueño o un mal sitio para vivir. Sin embargo, creo haber escuchado alguna vez que la vida es la suma de deseos y metas que se ambicionan en un flujo eterno. Ambiciono tener la oportunidad de mostrar al banjo en una dimensión de igualdad con otros instrumentos. Como el ave fénix, me seguiré preparando para el resurgir, para recuperar el espíritu combativo que siempre me ha brindado mi instrumento. 

Por ahora seguiré estudiando los temas, al ritmo que solo entiendo y tolero yo. Por ahora seguiré imaginando que acompaño a la gente de los vídeos, que despierto en los que me escuchen, las sensaciones que yo experimento al escucharlos...








martes, 22 de marzo de 2016

El tesoro del saber


Había un programa mexicano que veía antes de irme para el colegio en la primaria. Me gustaba escucharlo porque soltaban muchos datos curiosos: el funcionamiento de los pegamentos, la composición de las vitaminas, el origen de los meteoritos, y así muchos más que a través de la memoria inoficiosa han flotado en mi mente todos estos años. Bueno, también estaba el programa de Capulina, que no es que me haya aportado mucho, pero ya entrados en gastos con los recuerdos, valía la pena mencionarlo, junto con la presencia de El Santo que siempre le salvaba el pellejo. 

Cuando uno evalúa el pasado, se hace evidente que el aprendizaje muchas veces es repetición, otras más, consecuencia de un primer impacto. Esta es precisamente mi segunda entrada relacionada a mis procesos de aprendizaje y quiero dedicarla al impacto, a un método de banjo que ha sido fundamental para mi engome inicial con el estilo clásico. Todo esto gracias a esa primera impresión, la cual me inidicó que con practica podía superar paso a paso cada ejercicio que aparecía. Entremos entonces en materia:
Este tutorial lo encontré inicialmente en la página de classicbanjo.com (por cierto, extiendo mi agradecimiento a Hal Allert por estar a cargo de esa página!), donde a la larga empecé a perfilar mi gusto musical. Pese al cariño que le tengo a este libro, encontrar algo sobre J.E. Agnew ha sido parcialmente imposible, si bien por el sitio de publicación, asumo que fue un banjista americano.

El tutorial de Agnew tenía dos elementos que para mí eran grandes carencias en la información que tenía en mi período "paleo-banjoico": la presencia de ejercicios con figuras rítmicas y notas que me hicieran pensar de inmediato "oiga, eso lo puedo hacer!" y claro está, la sensación de que este era un método verdadero con los rudimentos básicos (teoría musical ultra-básica, notación musical verdadera y no tablatura, estudios, etc.). Desde el principio siempre tuve la terquedad-obsesión de que aún sabiendo que mi proceso sería en gran parte autodidacta (lo concerniente al banjo en sí), si quería sentir que de alguna manera mi avance seguiría el mismo camino de cualquier otro interprete de un instrumento: aprendiendo escalas, arpegios, temas sencillos, lectura musical, el manejo del tiempo.
A las pocas páginas de empezar a trabajar este libro: mi primer reto real, Edna Waltz. Esa sensación de victoria cuando el tema salió completo, sin errores muy groseros, es algo que me acompaña aún cuando termino cualquier ejercicio.

Ya he mencionado que en ese lejano 2011, el tutorial de Agnew no era mi único soporte (los otros dos libros igual de importantes!), pero el detalle con este radicó y radica aún, en que cada página ha sido testigo, y lo dicen sus hojas ya un poco amarillentas, de un proceso de tira y afloje, dónde los dedos me han podido a veces y dónde a veces, para mi sorpresa, los ejercicios o temas simples han salido adelante. Gracias a este libro, temas que para el grueso de músicos serán demasiado simples como Electric Dance, Columbian Dance, Odetta Waltz, Crescent Polka y Armanda Schottische, están presentes aún y los practico regularmente (este es un dilatado tema del blog, pero en la siguiente entrada empezaré a hablar de eso!) con el mismo entusiasmo y tolerancia.

Han habido temas que he repetido una y otra vez y a la larga estos son el mejor reflejo de lo que he mejorado, que se ha mantenido (lo bueno y lo malo, esto último a corregir) y en buena medida son las piedras que han venido armando este sendero banjero...con Uds, el muy caspeado Electric Dance en distintos momentos de mi aprendizaje!


Electric Dance 2012. Al año siguiente que empecé el tutorial, y con este blog aún en pañales, me le medí a grabar por primera vez este tema y de paso curtirme en Internet.


Electric Dance 2013. Este vídeo, de mi periodo boina (RIP, mismo destino que la grabadora!) lo hice con el viejo Savannah, aunque ya venía en camino Sussie. Si no me falla la memoria, para esta época empecé a editar los vídeos en Windows Movie Maker.



Electric Dance 2014. Ya tocando temas con la consentida. Previo a este vídeo había tenido ya la experiencia en Barcelona y pues al pasar de todos estos años, este temilla es lo que yo llamo mi interpretación "desparche". Si ando un poco cansado de hacer ejercicios repetitivos o tengo la cabeza en otro lado, lo suelo tocar. Actualmente, lo repaso cada tres días (ya contaré el porque) y como con todo tema,  aún tiene sus cosas por sorprenderme!


Quisiera entonces después de esta pequeña "ilustración musical", mostrarles a manera de imágenes el tipo de cosas con las que he lidiado en este libro. Para el amigo banjero o músico en general que quiera consultar sobre este libro, me pueden escribir o en su defecto descargarlos de las páginas classicbanjo.com y classicbanjo.ning (previa inscripción gratuita).


Este tipo de ejercicios sirvieron para darme moral y seguir con la goma del libro. Como ya he mencionado antes, una vez me siento cómodo con un ejercicio, sigo derecho con el que viene. Por lo general, hago dos o tres repeticiones de cada ejercicio y prosigo con el siguiente conocido. Con los temas si suelo tocar una sola vez y repito alguna sección que aún me genere incomodidad.


Muchos de los ejercicios de este libro, actualmente los utilizo en mi rutina diaria de digitación. En la próxima entrada hablaré un poco más de eso. Actualmente, en mi rutina de digitación se me van cuarenta minutos, y un libro como el de Agnew (lo que conozco hasta ahora), usualmente me toma una hora. A veces sin embargo, debido a que no dispongo de mucho tiempo, no alcanzo a completar los ejercicios del libro. En esos casos, continuo al día siguiente.

Actualmente, me encuentro en el último ejercicio de esta página. La digitación sale más o menos bien, pero como no lo he mecanizado completamente, aún no prosigo con el siguiente ejercicio. Inmediatamente después viene un tema llamado Aurelia Waltz. Esto es una característica muy distintiva del libro: un par de ejercicios o una escala y posteriormente un tema que aplica esos conceptos...supongo que es una práctica común en otros métodos.

Adicional a este nuevo reto del libro con Aurelia Waltz, dio la casualidad hace como un mes, que recordé que un banjista de classicbanjo.ning (Pertti Vouri) interpretó un tema de este libro: Reckless Rufus. Ese tema y otro que conocí gracias a ese banjista, me gustaron mucho (los tengo guardados en mi computador y los escucho regularmente) por la sencillez y "dulzura" si el término aplica, que el banjo mostró en los mismos. Dado que tengo una debilidad por los temas de banjo que no son tan "banjeros" (el clihudo "tan ti ti cuan cuan"), decidí chismosear la partitura. Para mi enorme sorpresa, lo que presentía oyendo antes el tema se cumplió y la interpretación salió relativamente rápido para mis estándares de aprendizaje. En cuestión de una semana, ya tenía el tema memorizado y funcional (Insisto, algo que me sorprendió gratamente!).

Que mejor forma entonces de seguir agradeciendo a este libro, que interpretando sus temas!


El autor de este tema, aparentemente comparte la misma dosis de anonimato de Agnew. Al menos dos versiones del mismo las pueden encontrar por Youtube para el que quiera comparar.




Tomó algo de trabajo grabar este tema por el calor que hacía y por un taladro de un vecino que "gentilmente" me saboteaba cuando mejor iba jeje...luego grabaré otra versión más "acústica" ya que sentí el banjo más brillante que de costumbre. Finalmente, si se preguntan por los perros del fondo, la respuesta para los que me conocen es si, lo grabé en la veterinaria de mi papá.

Como siempre estas entradas terminan con ventanas abiertas, con nuevos retos por realizar. Lo que viene en camino también con este maravilloso libro: un tema del banjista Myron A. Bickford llamado An Autumn Idyll...con una exploración muy preliminar el idilio pinta bien!


domingo, 6 de marzo de 2016

Réquiem por una extraviada


Lo usual es que las dedicatorias vayan dirigidas a un banjista o músico que se fue a tocar en otro plano o en su defecto rendir sentido agradecimiento a aquel que con su música nos haya motivado a probar nuevos horizontes. Entradas de ese tipo tengo muy pocas, tal vez porque en parte homenajeo cada vez que puedo a los banjistas que me inspiran a tocar mejor. Bueno, a veces toca homenajear a los que no nos acompañan, como al parecer terminó siéndolo mi "difunta" videograbadora.

La historia de la pérdida empezó en algún momento de fin de año pasado. Para esa época me la pasaba entre la casa de mis papás y la mía, y como era de esperar algunas cosas empezaron a mezclarse entre los sitios. Respecto a la grabadora, la última vez que la había utilizado había sido en Barichara para grabar los primeros vídeos en ese sitio. De esa experiencia había surgido el vídeo del tema Spanish Fandango (entre Agosto y Octubre del año pasado, no recuerdo ya) y de paso había hecho una entrada en el blog respecto a lo que es mi proceso de grabación. Posterior a esa visita, había vuelto a estar en Barichara con la grabadora pero esa vez no tuve chance de registrar nada por lo que no la grabadora no salió del estuche del banjo. La grabadora, para evitar perdida (curiosa ironía) venía metida en su estuche junto con el trípode y la memoria, A partir de ese punto la historia se pone nebulosa. Recuerdo haberla visto en el cuarto de mis papás, un día en mi bolso camino al trabajo, otro en el apartamento. En diciembre, ya pasados los chistes y la confianza, empezó la búsqueda en forma. Cada vez que descartaba un sitio donde pudiera estar, aparecía otro y empezaba la búsqueda implacable a lo Taken con Liam Nesson. Desafortunadamente, para mediados de Enero, cuando ya me encontraba de nuevo en mi apartamento, se hizo evidente que gastadas todas las posibilidades (el apartamento, el trabajo, la escuela, bolsos de distinto pelambre), tocaba empezar a contemplar la posibilidad de que esta se había perdido quien sabe donde y en que momento.

Cómo nunca dí mayores detalles de la grabadora, le hago una breve reseña: era una videograbadora Zoom Q2HD con una capacidad de grabación de una hora gracias a la memoria de 32 GB que le había adjuntado. Tenía la opción de registrar tanto en vídeo como en audio como las grabadoras de periodistas, y entre sus ventajas estaba el hecho de que se podía mitigar el efecto del viento en as grabaciones y registraba (si se quería) en tres canales. La cámara tenía incluido su "gorro" para aislar mejor el sonido y un trípode pequeño de donde sujetarlo. De todo lo mencionado, solo me sobrevive el gorro, que no estaba en el estuche. Allí sigue en el bolsillo interior del banjo, como amargo recordatorio.

Una foto comercial de la finada videograbadora...

Que quedó entonces de recuerdo: dos conciertos grabados en los festivales de jazz en Barranquilla y Bogotá por 2014, dos jams en la escuela (creo que ambos por el día del jazz), dos vídeos colgados de temas banjeros y las visitas al trabajo de un especialista en los bichos que trabajo. Que quedó por hacer: grabar sesiones de práctica para hacer más entradas en el blog. Eso es algo que quedó muy en mora porque entradas como la de hace unos días, hubieran quedado con mucha mejor edición.

Pero bueno, llorar sobre la leche derramada no tiene gracia. Que viene entonces: practicar, prender una veladora para que el dólar baje y ahorrar otra vez para comprar una nueva. Obviamente, estar más pendientes para que este tipo de pérdidas no se repitan...por lo pronto, trataré de grabar nuevas cosas (hay un tema ya listo!) a través de otros medios.

jueves, 25 de febrero de 2016

Pequeños detalles, pequeños retos

Usualmente escribo o me imagino historias del origen de los banjos que se van acumulando en el apartamento (aka síndrome del banjo adquirido). Lo hago porque me gusta imaginar bajo que circunstancias (en particular mi querido SS Stewart, aka Sussie) fueron "traídos al mundo". Después de todo, a pesar de que estos ya sean tiempos industriales y prefabricados, el construir un instrumento musical debe traer en algún punto algo de magia. En algún momento de su creación debe aparecer lo que uno podría llamar el "alma" y esa esencia tal vez espera la aparición del músico con el que se pueda compenetrar. Obviamente, como todo en la vida, habrán instrumentos destinados a ser destruidos de forma burda en un concierto o condenados a sufrir la muerte del gorgojo o el óxido. Igualmente, habrán ocasiones en que interpretes geniales, así lo perciba la gente, pasarán toda su vida buscando el instrumento que los haga sentir en otro plano de su desarrollo como músico.

Son conjeturas, libertades poéticas llamémoslas, pero realmente considero que en las circunstancias, fortuitas o no, radican las grandes historias y muchas veces las anécdotas que nos definen como personas, sea promedios, míseras, extraordinarias, musicales o novatas.


En este "coqueto" estuche llegó el nuevo integrante de la familia banjera

Bueno, la idea de un nuevo y probablemente último banjo la tenía en la cabeza desde hace rato. Otra cosa es que tuviera los medios y el tiempo para materializar la idea. Precisamente buscaba la forma más orgánica de evitar el dilema que ya había vivido con el banjo bajo. En general, desde que practico siempre he tenido que lidiar con el dilema de un viaje o un día ajetreado. Para el primer caso ha estado Sussie y no creo que cambie mucho ese aspecto. Después de todo, las experiencias han sido agradables y no deja de ser divertido el saber que se viaja por todas partes del país o por fuera de este, con el banjo preferido. El segundo caso es más complejo porque en algunos momentos, pequeños imprevistos en el día: reuniones, salidas, un descuido mio por cansancio, me dejan o con un margen de tiempo corto para buscar el banjo en la casa, o en su defecto con el sinsabor de no haber practicado por no mover el banjo. En ese punto es que germinó la idea de un banjo portátil, de uno que me permitiera practicar en cualquier sitio sin importar la circunstancia y que su transporte no me demandara o sustos por los azares de un viaje (una destripada, un golpe seco, etc.) o molestias al que me acompañara (créanme, yo mato por mis banjos, pero tampoco quiero que me maten por incomodar con el estuche). De tal forma que el año pasado me puse a evaluar opciones y quede entre dos: 1) un banjo tipo viajero (travel banjo les dicen) cuya característica es que el mástil se dobla haciéndolo muy maleable y 2) un banjo ukelele (banjolele les dicen) que como su nombre lo indica, básicamente es un banjo de proporciones y afinación de ukelele. Había una opción similar a este que era lo que denominan banjolina pero este tenía el agravante que los modelos en el mercado son bien costosos al igual del hecho de que no disponía de mucha información acerca de sus cuidados y técnica.

¿Porque me terminé decantando por el banjolele? Creo que es la gama de cosas que puedo probar con ese instrumento. Con el ukelele sucede algo parecido con el banjo en el sentido de que los clichés suelen dominar todo el espectro que se puede alcanzar con ellos. Con el banjo he nombrado varias veces que la imagen del campirano tocando bluegrass causa que mucha gente solo conciba ese instrumento como algo burdo e incapaz de tocar piezas de distinta índole (nada más lejos de la realidad si han pillado toda la publicidad que le doy en el blog). También he contado varias veces que es precisamente esta búsqueda de sonidos lo que me ha demostrado que esa impresión está muy alejada de lo que es la realidad del banjo. Bueno, con el ukelele pasa que los clichés rondan por la película hawaiana (inevitable considerando que su popularidad se debe a su origen en la isla) y la imagen del hipster tocando temas en un bosque de pinos o en un café. Entonces, el tener este banjolele creo que es mi forma de protestar por esos estereotipos y de paso una forma agradable de seguir expandiendo mis retos como interprete. Tomada la decisión me hice tripas corazón por el dólar y con el ahorro que había destinado para ese propósito me decidí a comprarlo. La tienda es la misma donde compre a Sussie (Bernunzio, muy buena la recomiendo!) y como ya me conocían el trato fue bastante bueno. Igualmente aproveché para armarme de provisiones y comprar juegos de cuerdas para ambos banjos (tremenda imprudencia al no tener repuestos este tiempo!!).

Un pequeño foto estudio del nuevo integrante. ¿Nombres para el chiquilín? Solo se me viene a la cabeza Billy Butters como el personaje de South Park

El último ítem fue un método de ukelele que también me sirve. De lo que he podido probar hasta ahora, me ha gustado porque viene cargado de ejercicios por probar (con notación musical normal y las infaltables tablaturas) y claro está, temas que quisiera aprender con el mismo. Por ahora, les comparto un grabación corta con temas que salen en el método y más bien obvios, solamente para que se hagan una idea de como suena.

Pésima grabación, ligeramente buena (no nos demos tan dura esta vez jeje) interpretación de estos caspeadísimos temas

En entradas posteriores les estaré contando en que consiste el método de aprendizaje y los temas que estoy aprendiendo con el mismo. La cosa pinta muy divertida y es genial (jaja a los que acompañan viajando no les parecerá tanto a veces) saber que no hay excusa para no banjear ahora!.

sábado, 23 de enero de 2016

La escuelita banjera


Me robo una introducción de Lebron James en un videojuego donde dice "Basketball isn´t easy". Bueno, aprender a tocar el banjo tampoco lo ha sido jeje. Sin embargo (omitiendo que Lebron ya tenga una mansión cortesía del baloncesto), creo que ambas actividades demandan una buena dosis de entusiasmo y preparación, y traen como recompensa, la satisfacción de sentir como se evoluciona con el tiempo. Puede que los años mucho más tarde (jeje espero bien tarde) empiecen a cobrar factura en las habilidades motrices, es apenas comprensible, pero considero que otros aspectos como lo interpretativo y en si la musicalidad, irán creciendo con el tiempo. Siempre he considerado que la mejor forma de probar eso es comparar vídeos o grabaciones de un mismo tema a lo largo de los años. Ya es evidente que habiéndose desarrollado la habilidad para ejecutar los acordes o las figuras rítmicas complicadas en un tema o ejercicio, empieza a desarrollarse el "estilo" que me puede ir definiendo como banjista.

La idea con las siguientes entradas es ilustrarles en que consiste este proceso de aprendizaje desde la perspectiva de los métodos de estudio. En general, a lo largo de este blog he comentado algunos aspectos acerca de temas que he aprendido o los retos que he enfrentado en tal proceso. Sin embargo, no he hablado mucho acerca de lo que puntualmente estudio en el día a día y en que me baso. Bueno, en general me estoy centrando en un total de tres métodos de banjo (Morley, Bradbury y Agnew; ya hablaré de ellos en otra entrada), un libro de introducción al jazz para banjo (Cloud), uno de escalas de banjo clásico (Bullard) y finalmente uno de ejercicios melódicos de Emile Grimshaw. 

Empiezo hablando de este libro, porque junto al método de Joe Morley, me condujeron a lo que es el banjo en estilo clásico y en particular a las interpretaciones del banjista Rob Mackillop, ampliamente publicitado en este blog. El caso es que después de hurgar en sus vídeos me puse a revisar la bibliografía que el recomendaba. Fue en ese punto donde apareció el libro de Grimshaw.


Este libro, que ya va para los 100 años de haber sido publicado se puede conseguir tanto en la página de Rob como en la de classic banjo (este y un montón de tutoriales están disponibles para descargar)

Lo que hace particularmente interesante este libro es que los ejercicios (ya lo dice Rob en su página), representan cada uno pequeños estudios. Estos, están divididos en partes que abarcan distintos aspectos de técnica e interpretación. Cuando me topé con este libro por octubre de 2011 (increíble que ya hayan casi cinco años de por medio!), empecé explorando los temas de la parte 1: Exercises for beginnners. Esto, con el aliciente de que algunos de los 114 ejercicios fueron grabados por Rob y eso solo, incremento mi deseo de tocar en ese estilo.


Ejercicio 1 de la parte 1. Muestra el uso de los arpegios.


Ejercicio 2 de la parte 1. Ilustra una melodía en la voz más grave (espero no haya sonado muy burrada lo que dije!) con un acompañamiento sencillo


Ejercicio 3 de la parte 1. Muestra el uso de intervalos de una octava en una melodía.

Recordar esa época no demanda mucha ciencia porque la verdad no hacía mayor cosa! Estaba aún en la maestría en Medellín, y colado en un laboratorio de geología, me dedicaba una hora en el almuerzo o ya después de las cinco a hacer algunos ejercicios de digitación y practicar los rolls de bluegrass que conocía por Internet cuando compré el primer banjo (2008!!). Recuerdo que medianamente podía ubicar las notas en el pentagrama y la lectura rítmica no pasaba de negras y corcheas (así bruto, no es que haya mejorado tanto, pero ya no me doy tanto palo y me tengo más paciencia aprendiendo). Eventualmente en el trascurso de ese año me topé con dos métodos adicionales que me ayudaron y lo siguen haciendo! (Morley y Agnew) y este libro de Grimshaw.

Efectivamente, cuando mis dedos empezaron a responder un poco y gracias también a la asesoría de un amigo guitarrista en geología, me envalentoné y con el entusiasmo típico del gomoso (que espero siga estando conmigo jeje), comencé a explorar el primer ejercicio del libro. Después de todo se suponía que eran para principiantes!. Esos temas iniciales están en vídeo y los pueden husmear por Youtube, haciendo la aclaración de que que estaba bien buñuelo.



Actualmente practico los temas 1 al 3. El vals del 4 tiene una digitación bastante cambiante por lo que lo estoy "recordando" con mucha calma. Siempre sigo la misma metodología en los tutoriales: una vez me siento cómodo o al menos satisfecho con el ejercicio, paso al siguiente. 

El proceso ha sido por etapas: atropellado al principio logrando sacar los ejercicios 1 a 4 hacia el 2012, luego vino una especie de estancamiento entre el 2013 y el 2014 porque me enfoqué en otros métodos y otras metas banjeras (temas nuevos, etc.). Esto último en particular sigue sucediendo y es increíble ver como ha cambiado con los años mi estudio. El caso es que desde el año pasado he alcanzado lo que considero un periodo más estable de mi formación y siendo aún consciente de que tengo toneladas de cosas por aprender, se más o menos como abordar ese reto. Por tal motivo, desde Noviembre le estoy dando una mejor exploración al libro de Grimshaw. Durante todo el año pasado, esos ejercicios iniciales los he incorporado a mi rutina diaria de ejercicios (otro tema en mora de contar) y ahora he empezado a explorar otros apartes del libro.

Los ejercicios de la parte 2 son para la mano derecha y ya con algo más de soltura tras unas semanas de práctica el ejercicio 18 sale. El siguiente, dado que es con tresillos lo estoy atacando de la misma forma que suelo hacer con los patrones rítmicos con semicorcheas....muy lentamente jeje pero ahí va. Una vez sienta los dedos más ágiles los empiezo a tocar como se debe. El detalle y creo que se hace evidente con todos lo tutoriales que he mencionado, es que cada libro que estudio me demanda su día por lo que por semana suelo enfrentarme con estos nuevos temas dos o tres veces en promedio. Ese aspecto antes me afanaba un poco porque uno siempre quiere más y más, pero ahora le veo el lado más interesante a estas rotaciones, y es que han convertido mis rutinas de aprendizaje en algo muy dinámico y salvo el núcleo de ejercicios básicos de todos los días, los ejercicios van cambiando. Ese detalle en general me motiva a practicar con más juicio y le quita lo "aburrido" a los ejercicios que se han aprendido y los que vienen.


Los ejercicios de la parte 3 son para la mano izquierda. Estos tras una revisión prometen bastante porque básicamente son distintas transiciones de acordes, algo que no he trabajado como debería, más allá de los temas complejos que ya toco. Por ahora solo me he enfrentado con el ejercicio 29, el cual me tiene bastante entretenido y aspiro tenerlo más o menos claro en Febrero.Tengo bastante expectativa por llegar al 32 ya que el fin de este ejercicio es fortalecer la extensión del meñique.


La parte 4 que corresponde a ejercicios en tiempo, es de lo que más me ha gustado ya que este tipo de ejercicios se parecen mucho a los que utilizo en mi rutina diaria para soltar los dedos. Por ahora he estado practicando (aún en tiempos lentos) los ejercicios 41 a 43 y la idea es que con el paso de las semanas los pueda tocar más rápido e incorporarlos a una nueva rutina. Si! he mencionado la "misteriosa" rutina diaria muchas veces pero prometo que es tema de una próxima entrega (vídeos incluidos).


La parte 5 corresponde a ejercicios para mejorar el tono. Asumo que más que todo es mejorar la parte interpretativa. En teoría el ejercicio 56 se ve sencillo pero tiene presente una transición que aún me da algo de lidia por no tener suficiente elasticidad en los dedos: en general pulsar la cuarta cuerda en el quinto traste y pasar a un acorde en los primeros trastes me sale aún algo sucio y es un problemilla que vengo trabajando incluso con algunos ejercicios del libro (el caso del 1 por ejemplo). Bueno, la idea esa reforzar ese aspecto con este ejercicio.


La última parte que he estado explorando corresponde a la número 6 y esta abarca aspectos de técnica. Por ahora, ando más que entretenido con el ejercicio 63 y la idea tal como dice el ejercicio, es ir incrementando la velocidad en la ejecución. 


Este libro tiene tres partes adicionales: efectos en el banjo (tremolo, glissando, etc.), ejercicios con plectro (curiosamente el ejercicio 88 de esta parte lo tengo incorporado, sin el plectro, en mi rutina diaria desde hace 2 años) y temas para dos banjos. Con todo lo que les he contado, comprenderán que haya dejado en espera a esas partes.

Por ahora, solo les comparto el "estado de arte" de los tres ejercicios que vengo practicando diariamente. Como he venido contando, la idea es que este aprendizaje sea lo más dinámico posible y que cada ejercicio, más allá de cumplir una función en mi proceso de formación, también se convierta en motivo de entretenimiento y de crecimiento. En futuras entradas les mostraré en un vídeo en que consiste la rutina de ejercicios diaria y sus dificultades, al igual que los otros tutoriales que han sido igual de entretenidos.




Dos comentarios breves: la calidad del sonido es "extrañamente" familiar a los primeros vídeos...la razón: sigo sin encontrar mi grabadora ZOOM la cual se refundió a finales del año pasado (tengo la veladora prendida para que la muérgana aparezca pronto!). El segundo comentario radica en que esta grabación, hecha con el computador, la hice a vuelo de pájaro por lo que los temas no suenan tan bien, como en otras ocasiones suele pasar (la magia de repetir varias veces y escoger una toma decente jeje). El propósito simplemente era mostrar la realidad de mi interpretación: unas veces regular, otras muchas muy mala y de vez en cuando salen bien..la realidad del instrumentista amateur jeje.