Extrañaba ya escribir, bueno siempre lo hago. Escribir supongo que fluye más fácil para aquel que con palabras o es muy enredado (mi caso) o le cuesta expresarlas (mi caso también). El caso es que escribir sea lo que se piense, relaja y sirve para liberar lo que se tiene preso entre recuerdos y rutinas. Y es precisamente otros quehaceres de la rutina, esta vez académicos los que me han tenido un poco al margen de mi escritura banjera. El banjo obviamente no ha parado (bueno, pequeñas pausas pero nada serio, creo yo) y de a poco van apareciendo los nuevos retos y se han solventado algunos obstáculos.
La "historia" de hoy, usando el nombre de aquella película tiene orígenes bajos. De lo que llevo escrito creo que esta es mi segunda entrada netamente relacionada sobre el banjo bajo. Jaja y bueno, para los que pensaban que esta podía ser una entrada relacionada con el banjo y la industria del porno (¿si habría tema para eso? jaja), creo que alcanzan a salvarse de leer lo que viene:
El proceso del banjo bajo buscaba creo que dos metas: (1) tener un proceso de aprendizaje normal con un profesor de bajo y, (2) practicar temáticas que de pronto no había desarrollado tanto con Sussie como la armonía y el ritmo...ahora un paréntesis, esto del (1) y el (2) son efectos colaterales de la escritura académica..jaja ni modo, esas cosas se pegan...
El primer punto fue interesante porque en estos meses mi faceta de alumno ha enfrentado toda una gama de ejercicios nuevos: digitación, patrones rítmicos, etc, que en una mayor o menor medida fui lidiando de a poco, a veces con calma, otras con inquietud como suele pasar. El bajo es un instrumento caníbal, ya lo habrán oído, que come dedos y que da miedo, y que al "llorón" lo espanta con las primeras ampollas. Cuando uno está engomado realmente esos detalles se ven como "marcas de guerra" y lejos de desanimar se desarrolla un cierto grado de masoquismo al relacionar un poco ese maltrato, con avances en el aprendizaje...jaja ¿si ven que el título de la entrada si pega después de todo?. Más que eso lo que me llamó la atención con el bajo es la lucha por controlar el sonido producido de las cuerdas, ya que presionarlas demanda mucha maña (creo yo) y sobre todo pulsar la cuarta cuerda es como tratar de sacarle algo a un cable de un puente colgante...en conclusión, muchas veces el sonido sonaba horrendo sobre todo en los trastes inferiores jeje. Independiente, el sonido del bajo siempre me ha gustado porque tiene algo de primario y básico (están afiladas las referencias jaja) que te atrae.
Por ahora comparto dos "pequeñas" grabaciones para ilustrar como avanzó el sonido del bajo teniendo como fondo el tema Fly me to the moon. La primera "sesión" la grabé como en agosto o septiembre del año pasado. Me habían mostrado en ese momento creo que la primera sección de ese tema y mis rutinas de practica se limitaban a practicar algunos modos griegos, digitación y hacer tresillos.
ADVERTENCIA: Este es un vídeo SUPREMAMENTE ABURRIDO jaja...solo es para que noten un instante como era el sonido del banjo bajo en ese momento.
La segunda sesión la grabé a comienzos de este año, en un domingo de desparche por la escuela. A esas alturas ya conocía toda la armonía del tema y ya estaba toreando armonías de otros temas como Autum Leaves y Blues by five, ya practicaba todos los modos, claro está mucha digitación y más que eso, y sin echarme tantas flores, creo que el sonido del banjo bajo tenía más carácter y sonaba menos sucio que en el principio. Estas grabaciones son particularmente largas, pero la intención era mostrar lo que pasa detrás de una grabación mía....jaja muchos errores y madrazos como podrán notar jaja...eventualmente sale algo bueno y eso es lo que desvergonzadamente cuelgo por Youtube (en una próxima entrada hablo de eso, palabra)...si no les da la paciencia para escuchar todo, remítanse a los finales de cada grabación que ahí es donde suele "opinar" el banjista jeje.
No sobra la advertencia, si bien el mejor sonido pueda deberse a que conozco un poco más los atributos de la grabadora jeje.
Ahora, la pregunta para lo que se vieron Bajos Instintos es el como termina la película. ¿Podía salir entonces bien el experimento de practicar dos instrumentos a la vez?. La respuesta no es sencilla, como en la película. Obviamente no hablo de que terminé con un picahielo rompiendo alguno de los parches, sino más bien al hecho de que me enfrenté con un dilema que subestimé un poco, ya que sabía a que me atenía: estar tocando el bajo ha sido una oportunidad divertida, una oportunidad de conocer otros aspectos que tal vez con Sussie no he explorado lo suficiente como acompañar a alguien o seguir algo tan sencillo pero virtualmente tan imposible con el banjo, como es estar bajo la tutela de un profesor y ver los avances. El detalle radica entonces en eso, en que a pesar de los esfuerzos y metas conseguidas, empecé a sentir que estaba relegando a la razón de la porque toco, de la porque escribo estas líneas acá. Sussie y las chocoaventuras ligadas a ella son las que me han brindado siempre aprendizaje y las que causan que al escuchar a un banjista en vídeos o canciones, solo quiera practicar así sea un rato, si las circunstancias no me lo permiten. Extrañaba sentir que no tocaba a gusto si no que tocaba con una sensación de apremio, preguntándome que sería de mi aprendizaje si dedicara el 100 % de mi práctica al banjo, como originalmente lo fue y ha sido....y ese es el rollo del asunto, que después de mucho cavilar me dí cuenta que a veces uno siente que los esfuerzos están mejor conducidos hacia una sola cosa, que hay algo en nosotros para lo que verdaderamente servimos o en su defecto, algo que queremos ser ante todo...por eso amigo lector, es apenas obvio que la respuesta después de un tiempo es que solo tengo cabeza para un banjo, para Sussie y los primos viajeros (una idea en mente, ya la contaré) y que a pesar de los gustos con el bajo, piense que hay que dar un paso al costado...soy y me gusta pensarme como banjista, es lo que escogí y es lo que me gusta. Alguna vez o de alguna forma, se que me cruzaré con ese universo que ofrecen los bajos, solo que ahora no lo será...
¿Me da pesar?, Si, un poco, pero me daba más pesar el comprobar que quería practicar más, que podía practicar más hace un tiempo y no lo hacia...por eso, mi camino banjero seguirá con la chiquilla, aquella que entre dos o tres notas mal tocadas, me descresta con una nota que me hace desear hacer lo que más me gusta: tocar el banjo!!.