Prometí dos entradas sobre las grabaciones de octubre de 2016. Cumpliré mi promesa. Más que todo porque la primera sesión estuvo plagada de todo un enjambre de situaciones que definen cualquier grabación o similares: problemas en los micrófonos (un poquito más de volumen, coloquemos este más pegado a las cuerdas, la entrada de este no coge, etcétera), incomodidad en la silla (de parte mía, supongo que un estado mental), dedos torpes y nerviosos, luces que encandelillan, celulares no apagados y así puedo seguir un buen rato citando el rosario de futuros adversos jeje.
Hacia el final, mucho cansancio tanto de parte mía como de Yevgeniya, a la que de paso le agradezco toda su paciencia y versatilidad, considerando sus funciones de mamá. Sé bien que grabar es todo un rollo (los vídeos de mi canal de Youtube, por más sonrisas mostradas al final, esconden un montón de errorcillos y estrés cuidadosamente destilado jeje) por lo que grabar en mejor calidad, ¡lo es aún más!. Hace unos días que estuve en un concierto en formato streaming, un peldaño más alto en situaciones de estrés e inconvenientes de última hora, vi en los rostros de angustia (disimulada o no) de los organizadores, el reflejo de esa experiencia de octubre. Por cierto, ya que estamos en modo pautas publicitarias en mis últimas entradas, los invito a que chequeen la página de DirectPlay (los estresados que comentaba). Los encuentran en las redes sociales habituales para que estén pendientes y disfruten de la movida musical en Bucaramanga, así no estén en la misma.
Acomodados los micrófonos y evaporado el miedo escénico (su representación clásica) empezamos las grabaciones, confiados en que no habrían más dificultades...Error. Como el monstruo de la niñez que se escondía debajo de la cama, se asomó un problemilla que me había estado visitando pero del que no había sopesado su influencia. En medio de una de las tomas de A banjo oddity, comencé a tener problemas con la primera cuerda.
Todo listo para el estreno en la sala de conciertos del CEMB
Hacia el final, mucho cansancio tanto de parte mía como de Yevgeniya, a la que de paso le agradezco toda su paciencia y versatilidad, considerando sus funciones de mamá. Sé bien que grabar es todo un rollo (los vídeos de mi canal de Youtube, por más sonrisas mostradas al final, esconden un montón de errorcillos y estrés cuidadosamente destilado jeje) por lo que grabar en mejor calidad, ¡lo es aún más!. Hace unos días que estuve en un concierto en formato streaming, un peldaño más alto en situaciones de estrés e inconvenientes de última hora, vi en los rostros de angustia (disimulada o no) de los organizadores, el reflejo de esa experiencia de octubre. Por cierto, ya que estamos en modo pautas publicitarias en mis últimas entradas, los invito a que chequeen la página de DirectPlay (los estresados que comentaba). Los encuentran en las redes sociales habituales para que estén pendientes y disfruten de la movida musical en Bucaramanga, así no estén en la misma.
Acomodados los micrófonos y evaporado el miedo escénico (su representación clásica) empezamos las grabaciones, confiados en que no habrían más dificultades...Error. Como el monstruo de la niñez que se escondía debajo de la cama, se asomó un problemilla que me había estado visitando pero del que no había sopesado su influencia. En medio de una de las tomas de A banjo oddity, comencé a tener problemas con la primera cuerda.
A banjo oddity de Joe Morley...bueno, el intento
Como en las veces anteriores, cada vez que pasaba eso me limitaba a ubicar la primera cuerda de nuevo en el puente, afinar y retomar el tema que estaba trabajando. Vino una segunda y tercera toma fallida por la cuerda rebelde. Después vino la cuarta, la quinta, hasta que algo exasperado, admití la sugerencia de Oscar de que "algo no es normal en esto". Efectivamente. Revisamos los brackets (las barras metálicas que generan la tensión en el parche) y notamos (bueno, Oscar) que estos giraban en algunos momentos sobre su eje, a manera de un trompo. Al no estar firmes, no había suficiente tensión en el parche, y por ende el puente era susceptible de moverse, Toda esa cadena de eventos es lo que causaba que la bendita cuerda se saliera. Manos a la obra entonces. Por medio de una llave apretamos las barras y voilà, el sonido mejoró ostensiblemente y pude retomar mi lucha por sacar una toma buena...Salieron al menos 4 temas y una vez termine de escoger las mejores grabaciones (incluyendo las dos sesiones hechas) mi meta es compartir un nuevo vídeo de banjo (una especie de pequeño concierto...). Consciente de que el incidente del parche demandaba de más atención mía, compré la llave para apretar las barras regularmente. Lo recomendado es una vez al mes por lo menos. Ya les contaré si pasa algo raro.
El set de herramientas en caso de emergencias banjeras
En la segunda sesión (al día siguiente) probamos únicamente los micrófonos, tal vez conscientes de que más allá del encanto del vídeo, buscábamos unas buenas grabaciones de los temas. Como en la primera sesión, hubo muchas tomas fallidas, pero para agrado mío, en ese día loco de referendo en Colombia, salieron unos temas que harán parte de un vídeo nuevo en Youtube. Ya les contaré mis impresiones en la próxima entrada,..