miércoles, 29 de julio de 2020

Tiempos modernos

He tardado más de lo que hubiera querido en organizar esta entrada. En parte, porque el motivo de la misma ha ido cambiando con el tiempo, y la forma cómo quería abordarla, sin sentirme superficial (y fallar, como sé que va a pasar aún ahora) en el mensaje.

Pero bueno, qué le hacemos. Comienzo con la siguiente pregunta:


¿Qué les despierta esta imagen?

Mirar detalladamente la ilustración puede llevar a diversas emociones, que me atrevo a pensar que todos experimentan: risas, menosprecio, curiosidad, indignación, indiferencia. La imagen que comparto corresponde a un "libro de canciones" titulado The Celebrated Negro Melodies (Virginia Minstrels, 1843). Ahora, si se explica el contexto en el que dicha imagen fue creada, o imaginada, es posible que nuevas emociones surjan o se refuercen algunas previas. Hace parte de una serie de espectáculos muy difundidos en Estados Unidos; los minstrels, los cuales entretenían al público en general, y que en su gran mayoría (sobre todo durante la primera mitad del siglo XIX) eran espectáculos hechos por blancos, que para emular "lo africano" se pintaban la cara con betún. Ahora, volviendo a la imagen, desconozco si los músicos retratados eran en realidad blancos o se trataba de músicos negros, pero es evidente el intento de caricaturizar sus facciones y actitudes, una práctica que siguió (¿o sigue?) siendo común durante muchas décadas más, después de guerras civiles, emancipación de esclavos, segregación y tiempos que llevan a un continuo recordatorio de que falta mucho, de multitudinarias propuestas como las observadas bajo la consigna del Black Lives Matter.  

Ahora, como decía al principio, la idea de esta entrada es compartir los sentimientos encontrados que tengo. Encontrados, porque así no lo quiera, o lo matice, crecí en un entorno que propicia el racismo, la xenofobia, la generación de clases, y dicho entorno causa, o que no me solidarice como debiera, o hiciera las cosas de la mejor forma, que no me queje por ese status quo, o que minimice lo poco que puedo hacer bien. Bueno, y allí, en esa encrucijada de dilemas y sensaciones extrañas, pero necesarias para ser lo empático y revolucionario que quisiera ser, está lo que comparto abajo... 

Como pichón de banjista, uno latino, producto de incontables mezclas y procesos culturales gestados en un país igualmente diverso, soy dueño de un instrumento con una mezcla increíblemente grande, un híbrido de continentes; que, para mayor hibridez lo uso para tocar piezas de origen europeo y en un siglo que ya no le pertenece. De modo que siento que lo mejor que puedo hacer desde el banjo, a parte de lo obvio, que es respetar, tolerar y apoyar toda causa que sea justa y necesaria en nuestras sociedad, es también compartir, dar un poco más de contexto de lo que es su esencia, su música, su uso como instrumento cultural...

A los interesados, tres vídeos de la genial Rhiannon Giddens, compartiendo sus puntos de vista del cómo el banjo representa cabalmente todo este proceso contradictorio y mágico que abarca la definición de los Estados Unidos. Igualmente, comparto un vídeo de Greg Adams (Center for Folklife and Cultural Heritage-Smithsonian), en el cual profundiza un poco más sobre los espectáculos minstrel.