lunes, 16 de febrero de 2015

Y si tan solo...

La vida está llena de decisiones y sus respectivas recompensas, arrepentimientos y porque no, cagadas. Digo esto, porque cuando llegan las reflexiones pos-decisión a veces es inevitable pensar en una frase de mi mamá que dice "y si esto, y si aquello; bueno, si mi abuelita no se hubiera muerto todavía estaría viva". Constantemente evaluamos lo que decidimos porque a veces los resultados no son los esperados, a veces descubrimos cosas buenas y malas de nuestro carácter y de aquellos que nos rodean, otras veces descubrimos miedos infundados y otros que se habían subestimado. En fin, son momentos en que quedamos con ganas de experimentar o mandar todo a la cochinchina. Este proceso banjero no ha sido ajeno al constante dilema de enfrentar decisiones y quisiera compartir algo que empezó y se puede decir terminó en este 2014 loco y bipolar que pasó...

A comienzos o mediados (la verdad no recuerdo ya) del año pasado, estaba averiguando por Internet (desparche banjero que llaman) sobre una institución o fundación denominada Tennessee Banjo Institute donde varios banjistas reconocidos habían hecho estudios o visto cursos. Más que todo la curiosidad era por conocer en que consistía el programa y que profesores dictaban clases. Sin embargo, al parecer esta fue una iniciativa que existió solo informalmente a mediados de los noventa y de la misma no sobreviven ni enlaces, ni plantas físicas. Lo curioso es que como suele pasar, una cosa lleva a la otra y terminé topándome de narices con el programa de Bluegrass, Old Time & Country Music de la East Tennesse State University. Tremenda fue mi sorpresa ya que sería como toparse con que existe la "Universidad Nacional del Vallenato" (registro del Ministerio aún en trámite) para aquel que tuviera un acordeón y quisiera hacerle competencia a Francisco El Hombre...


Para aquellos interesados pueden acceder al siguiente enlace. http://www.etsu.edu/das/bluegrass/

Bueno, me puse a chismosear el programa y fue como verse detrás del espejo, en un mundo paralelo (en estándares de donde vivo siendo banjista) donde uno se inscribe, y durante cinco años además de perfeccionar el banjo, se tiene la posibilidad de enfocarse en los tres campos de acción tradicionales del instrumento...tilin-tilín sonó la campana de la lotería!. Entonces recordé más o menos un fragmento de un libro que estaba a su vez en otro libro no muy bueno (se llama El Círculo Mágico para que no cometan el error de leerlo jaja) en el que la serpiente del Edén mientras convence a Eva de que muerda la manzana dice algo por el estilo de que lejos de tener razones siempre para no hacer algo porque hay una explicación de por medio, siempre está la opción de la frase "¿y porqué no?"...¿porqué no correr riesgos?, ¿porqué no hacer algo que deseas en el corazón pero tal vez por miedo no lo haces?. En fin, ese párrafo (ojalá pudiera recordar de que libro era) me marcó desde mi época de estudiante y en una menor o mayor medida trato de recordarlo cuando hay de por medio una decisión o por lo menos aparece una alternativa por el camino...jaja a veces me ha servido, en otras, las cagadas han sido monumentales.

Entonces, en algún momento de esa chismoseada me dije "¿y porque no?" por lo que con una mezcla de curiosidad, imaginación desmedida y franqueza tomé la decisión de hacer el proceso y ver que pasaba. Como no!, amigo lector, esta averiguación sin un rumbo claro llevó a lo que quería compartir: una carta de aceptación del bendito programa!


Jaja cuando la recibí hace un par de meses me sentí cual personaje de Condorito porque de tantos "¿y porque no?" en mi vida, me topé de frente con el probablemente más loco de los que terminaron en una posibilidad real!! Y eso es lo increíble de este asunto...que juntando un montón (y es un montón!) de elementos por lidiar podría hacer eso: estudiar para ser un banjista!; formado profesionalmente como en mis más locos sueños, en La Meca banjera por excelencia (de nuevo, piensen en la analogía de la universidad vallenata). El rollo es que una vez se está montado en la nube, es inevitable mirar desde la altura en que nos encontramos y percatarse que allá en tierra se encuentran un montón de elementos que también hace parte de tú vida y que se quedan ahí si la nube sigue su curso: la familia, los amigos, el estilo de vida que se lleva, las terrenales obligaciones económicas, y porqué no a veces el amor...en fin, son un sin fin de elementos que sin proponerlo (no debe ser esa su intención) crean toda una serie de vínculos que te atan (en un buen sentido) a lo que te define como persona...bueno, está el bendito factor del todopoderoso dinero, ya que siendo francos "y si" tuviera dinero hasta para sonarme los mocos no lo pensaría mucho (creo, el mundo de los supuestos es muy amplio) y tal vez daría ese paso; ya estando en estos momentos lidiando con el frío, mejorando el inglés chapucero y claro está, viviendo la experiencia de ser un verdadero alumno una vez más.

Las cosas son distintas supongo, ya que ando aquí escribiendo estas líneas desde el entorno en el que para bien y para mal he acogido como mi "hábitat banjero". Haciendo retrospectiva estos meses que han pasado han sido particularmente contradictorios en muchos aspectos: el profesional, el sentimental, etc. y eso inevitablemente perjudicó el ritmo que venía llevando con mi aprendizaje. Ya lo he dicho en entradas anteriores, volver es duro, pero cada vez me convenzo que es más duro admitir una derrota cuando el espíritu y el corazón sienten que hay espacio para la esperanza. Por ese motivo, no hay de otra que "evaluar daños" a nivel personal y seguir dando lo mejor de mí como persona y banjero...para eso está la universidad de la vida...quien quita que pueda tener la revancha con la ETSU...


Batalla de Staliningrado, 1943. La batalla sigue...

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