domingo, 18 de febrero de 2018

En búsqueda del tiempo perdido

Sí, esta entrada lleva el nombre de la monumental obra de Marcel Proust, una que de por sí aun estoy en mora de leer. A pesar de ese minúsculo detalle, chiquitico, el título me pareció apropiado para plasmar todo lo que siento al momento de empezar esta entrada, la primera del año, y una después de un silencio sepulcral de varios meses.

Como nunca me había pasado, tuve un período de tiempo enorme de inactividad, TOTAL, uno que reflexionando en las últimas semanas podría compararlo a perderse en un camino de niebla, uno en el que tal vez por torpeza, se consideró como la opción más prudente el dejar de caminar, y esperar a que la niebla cesara o se disipara un poco. ¿Pero, y si eso no pasa? Sí, la niebla sigue a mi alrededor aun después de acostumbrame a la misma. Y bueno, pues ese fue mi caso, sencillamente me quedé esperando, viendo desaparecer, a veces conscientemente, otras no, buena parte de lo que he aprendido en estos años: temas, ejercicios, rutinas de aprendizaje, hasta que llegó el punto en el que realmente me pregunté que había pasado. Y bueno (de nuevo), es una pregunta que aun no logro responder, tal vez nunca lo haga, por lo que con niebla o no, cansado, lleno de temores por la incertidumbre, la fatalidad del tiempo, el mañana, la soledad y la resignación, el caminante extraviado se da cuenta que el sendero sigue por ahí y se retoman los pasos.


Una foto del pasado lejano, cuando era más juicioso. Apenas para recordar lo que fui alguna vez y que puedo volverlo a ser...

Y así han sido estos días y semanas, recuperando de a poco todo lo que he olvidado, TODO, con esa extraña mezcla de ambición por las metas previamente conseguidas, y frustración o tristeza por las metas previamente olvidadas.

Por fortuna, el placer, el gran placer de tocar el banjo, de sentir su sonido, de imaginar lo que puedo ser a pesar de todo y del tiempo perdido, están ahi cuando abro los tutoriales y repaso/aprendo/lucho con las partituras en las noches bumanguesas...

A eso lo suelen llamar como volver a empezar, es recuperar una parte de mi.





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