Como un viejo recuerdo, o tal vez una broma irónica de la cabeza, pensé en esta canción de João Nogueira, cuando trataba de imaginar un título para esta nueva entrega del blog. Por cierto, ya entrados en gastos, comparto una versión en cavaco-banjo del tema, y de paso así todos (o sea, "a gente") practicamos un poco de portugués jaja (o sea, "kkk")
O poder da criacão
Creo que en la primera o segunda entrada de este año hice una relación de las cosas que quería alcanzar o progresar con el banjo. Hay experimentos y retos de distinto pelambre, pero aun así con estas condiciones de pandemia, o gracias a estas (la idea es no quejarme, he sido un lucky bastard, como dirían los gringos), he conseguido superar algunas de ellas, y en otras he logrado avances interesantes o prometedores. A un ritmo a veces lento, otras veces sorpresivo, he conseguido avanzar también con la idea de componer; componer como en los viejos tiempos, cuando era algo más cándido con lo que compartía en redes, sin importar las pocas habilidades y destrezas de ese momento, o tal vez el público era menos exigente (Nota mental, me llama la atención que los vídeos más elaborados, en lo visual y en la técnica del banjo, sean de los menos vistos jaja)...por cierto, ¿ya vieron mi canal de Youtube? jajaja Youtube Banjo Andino
Bueno, la idea entonces es lo que llamo un refrito. Hace unos años procuré (imaginar el decir eso en portugués aun me causa gracia jaja), empezar a escribir una serie de pequeños temas o ejercicios, que en su momento llamé "petite etudes". Para hacer constancia comparto la entrada llamada Crear, !escrita hace seis años! Ciertamente su factura (aun la actual jaja) no es algo digno de un Leo Brouwer para la guitarra, pero me parecía no solo un ejercicio llamativo para mí, sino que también una pequeña contribución para el "extenso" repertorio que hay para el banjo en la también digamos "música académica". De modo que este año lamí mis heridas y empecé a revisar lo previamente escrito. Por el momento, de los estudios originales solo percibí como algo interesante lo que llamaba "Pequeño estudio para banjo: Los Caídos"...
Primer arreglo, quitar ese nombre rimbombante, me faltan años luz para dármelas de Erik Satie jaja. El segundo, que ahora fuera el primer pequeño estudio, y finalmente, lo más clave en realidad, solventar algunos aspectos musicales con los que no me sentía cómodo. El resultado final viene a continuación.
Adicionalmente, este tema lo acompañé con una entrada sobre los Caminos Reales de Santander en el blog de Finis Semita (Hilos de plata)
El segundo pequeño estudio, sí podría decir que es exclusivo de este 2020. La idea más básica la empecé en Bucaramanga, probablemente a mediados de enero, cuando daba vueltas sobre cómo mejorar las rutinas de práctica. Pero en últimas, puedo afirmar que es un producto cien por ciento de este "encierro" y sus paisajes que invitan a la meditación. ¿Cual es la meta entonces? Creo que si llego al número mágico de 13 (por eso de llegar un viernes 13 a esta casa jaja), el material se presta, por qué no, a ser compartido como un libro virtual, para libre uso de desparchados y curiosos.
Pequeño estudio para banjo 2. Made in Brazil
Ahora, ¿y las partituras? Existen, efectivamente, pero me las voy a guardar para un pequeño proyecto, o más bien un arreglo, que tengo pensado con el blog. Por el momento, reflexión banjera: Componer, practicar, son procesos cíclicos, de continua creación y destrucción, de altos y bajos, como todo lo que implica ese ente llamado arte. Fin de la reflexión jajaja
Por cierto, hace un par de días inicié la creación del tercer estudio pequeño. Vamos a ver qué animal engendro...
En sus mundos irreales, de creación y destrucción, M.C. Escher tenía razón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario