Han sido días ocupados que me han mantenido lejos del blog...del banjo obviamente no, y los días de aprendizaje transcurren entre ejercicios de varios libros, temas que estoy aprendiendo a manera de meta semanal, y claro está los diversos "experimentos" que se me ocurren por el camino. Sin embargo, estos días también he tenido la oportunidad de estar en varios conciertos y jams y con ellos llegan la ansiedad y las dudas acerca del camino que llevo...Ciertamente, tocar un instrumento en una ciudad-región-país-continente donde escasean banjistas, inevitablemente conlleva a preguntas como: voy el por buen camino?, alcanzaré algún día el nivel que quiero? porqué o por quienes toco el banjo?...y preguntas así por el estilo. Lo curioso es que después de mucho pensar siempre a llego a la conclusión de que no tengo idea jeje. Hacer lo que estoy haciendo no es fácil (nada en la vida lo es), pero lo hago porqué me llena como persona y me muestra que la vida tiene muchas cosas por mostrarle a uno. Por ende esa plenitud, es la que me da fuerzas cuando me siento desastroso tocando (que la mano izquierda, que la tensión, que el tiempo, etc.) y a la vez es la que se encarga de recordarme de que siempre estaré aprendiendo del instrumento, así como él de mi (bueno, eso creo, je)...hace unos días sujetando al banjo lo percibí increíblemente liviano y de inmediato me acordé el día que este llegó a la casa...pesaba una tonelada!!...me sentí como un monje shaolin después del entrenamiento jeje.
Ha sido un camino largo y a la vez corto, pero tengo plena confianza de que seguiré "banjeando" hasta el último de mis días. Que el mundo se atenga entonces!!
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