lunes, 25 de febrero de 2013

"Sobre cuerdas y banjos"


Suena bonito para el título de una novela... leída por tres personas, pero escrita al fin al cabo jaja. A principios de enero alcancé a mencionar que tuve bastantes problemas con las cuerdas de mi banjo. Dado que hoy repetí esa experiencia, que sea ese un motivo para contar la historia: Cuando compré el banjo hace ya más de 5 años (increíble ya tanto tiempo!), no sabía nada de lo importante que son las cuerdas para el sonido que se busca en el instrumento. De igual manera, mis primeras aproximaciones fueron con el bluegrass así que daba por descontado el uso de cuerdas metálicas todo el tiempo. De un tiempo para acá, me fui inclinando hacia las cuerdas de nailon por dos sencillas razones: 1) el timbre que se obtiene es ostensiblemente menos brillante que con las cuerdas de acero y, 2) evitaba de raíz los problemas de oxidación. Antes de ese cambio, las cuerdas generalmente se me oxidaban muy rápido para posteriormente romperse. En general, y asumo que es por la tensión demandada junto a su calibre pequeño, la primera y la quinta cuerda siempre son las primeras en romperse. Me da mucha nostalgia recordar el nivel de reto que tenia el cambiar las cuerdas al principio, porque mi desconocimiento era total y tenía muy pocos repuestos! así cada ensayo era como desarmar una bomba. Por suerte y con algo de ayuda fui perdiendo un poco el miedo y me fui acostumbrando a esa rutina. De tal forma, que cuando se acabó mi último juego de cuerdas metálicas, consideré que ya era hora de hacer la transición al nailon.

Dado que es imposible conseguir cuerdas de banjo de ese estilo en Colombia, opté por probar con cuerdas de guitarra clásica  Duré mucho tiempo en ensayos por lo que no poder tocar en bastantes días de diciembre y enero casi me chifla, pero en sentidos generales el ensayo dio frutos...de nuevo con mucha ayuda disponiendo entonces de un juego de cuerdas que iban de la cuarta a la segunda. Sin embargo, volvimos al problema con las dos más delgadas...Con la quinta apelamos con mi papá a usar nailon de pesca (con un calibre similar al que buscaba) y la verdad la cosa salió aceptable. Todos los últimos vídeos que he colgado por youtube tienen ese arreglo y mientras encuentro una mejor alternativa me conformo. El gran problema fue la primera...los primeros ensayos con nailon fracasaron por lo que tuve que retornar al acero y sus problemas de oxidación  Efectivamente la cuerda sucumbió a la corrosión en poco más de un mes (la humedad en Bucaramanga es impresionante!) y tuve que probar otra vez con el nailon de pesca este fin de semana y hoy...los resultados fueron desastrosos y a regañadientes tendré que volver al acero en esa cuerda.


Por suerte la ayuda ya viene en camino (ver arriba) y confío en poder probar este juego de nailon verdadero para este fin de semana. A veces son frustrantes estos rollos porque no hay forma fácil de recurrir a un consejo inmediato, pero con mucha paciencia y uno que otro consejo de amigos acá y verdaderos banjistas por internet, este proceso de aprendizaje se mantiene. Conocer el banjo será de toda la vida, pero a la par que ese conocimiento aparece y nuevos retos se atraviesan, también crece de forma exponencial el cariño que tengo por este instrumento y su música. "Banjear" es algo que me cambia la vida a cada momento y por tanto es una alegría más en mi caminar!.

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